La ‘maestra zen’ que NO encontró
la iluminación bajo un árbol
Me llamo Eva… y antes vivía en piloto automático, hasta que algo inesperado cambió mi vida personal y profesional.
Yo era ¡malabarista!… y quizás tú también lo seas.
Mi día a día era un espectáculo de circo. Hacía malabares para llegar a todo:
- Las tareas del hogar
- La compra y la preparación de la comida
- Los niños y sus actividades extraescolares de aquí para allá
- Dos trabajos simultáneos
- Y un perro que había que pasear 3 tres veces al día.
¿Tiempo para mí? Ni sabía lo que era eso. Vivía en una constante tensión, irritada, siempre a punto de estallar, con una presión autoimpuesta por querer ser la madre ideal, la trabajadora perfecta, la pareja complaciente y hasta la dueña de un perro ejemplar.
Era un nivel de autoexigencia enorme que me alejaba cada día más de mí misma. Así, día tras día…
Hasta que pasó.
Fue en diferentes momentos, pero debido a un alto grado de estrés y una relación rota, un día empecé a no poder respirar, no entraba aire a mis pulmones.
Diagnóstico: un ataque de ansiedad y principio de depresión. Mientras el calmante que me pincharon en urgencias hacía efecto, me dormía diciendo:
“Necesito parar, necesito parar, necesito parar…”
En ese momento, me di cuenta de muchas cosas con las que quizás te sientas identificada: estaba viviendo una vida donde YO NO ESTABA EN ELLA.
Sentía una insatisfacción constante y una sensación extraña de “no estar haciendo lo que había venido a hacer”.
Siempre en modo reacción, con la sensación de estar ‘rota’, como si tuviera que mejorar algo, hacer más o descubrir algo que se me escapaba.
Me faltaba seguridad y amor propio, pero me sobraba un exceso de autoexigencia y presión hacia mí misma.
Entonces comprendí que no estaba viviendo, sino simplemente sobreviviendo.
"Hoy creo firmemente que mi alma me llevó a vivir esa "noche oscura" para que redirigiera mi vida hacia la que me hacía feliz y hacia la vida que estaba destinada a vivir"
Mi tendencia es hacia lo natural por lo que no quise tomar relajantes y antidepresivos y opté por apuntarme a clases de yoga que “decían” que me aportarían paz, calma y “algo más”.
Soy muy activa y durante las clases, cuando teníamos que relajarnos, era un sufrimiento para mí. Solo pensaba en todas las cosas que tenía que hacer y lo absurdo que era estar tirada en el suelo sin hacer nada.
Por no hablar de la meditación: ¿cómo podían las demás compañeras estar ahí sentadas sin moverse, sin que les dolieran los tobillos o sin que les perturbaran los pensamientos y las tareas pendientes que llegaban a mi cabeza?
No me preguntes cómo, pero tres años después, me convertí en profesora de yoga certificada y además, completé varios estudios sobre nutrición y hábitos saludables.
Si cambias tu estilo de vida, cambias tu forma de ser y transformas tu vida
Casi siempre he sido emprendedora, llevando dos tiendas y dando clases de gimnasia, yoga y meditación, que eran mis grandes pasiones. Aunque al principio no dejé mis negocios, al final decidí cambiar mi estilo de vida.
Pasé de tener un local físico a trabajar online, lo que me dio la libertad de hacerlo desde casa y organizar mis propios horarios. Así, pude vivir con más calma y equilibrar mis responsabilidades con lo que estaba devolviéndome a la vida; nutrir mi cuerpo, mente y alma.
Mi estilo de vida cambió, y claro, si cambias tu estilo de vida, tú también cambias. Dejan de tener sentido muchas cosas que ya no están alineadas con quién eres.
Uno de los pilares que más me ayudó a mejorar mi vida, sin lugar a dudas, fue y es: la meditación.
Gracias a lo que me enseñaron, comprendí que la meditación tradicional no se adaptaba a mí.
Así que, adapté la meditación a mi vida, una vida real, una mujer actual pero espiritual.
Amplié mis prácticas y creé herramientas que realmente me ayudaran a mí y a otras mujeres, que produjera verdaderos cambios.
He creado diversos programas de alimentación y estilo de vida sin toxinas, muy transformadores y sanadores, pero concretamente, en cuanto a meditación, desarrollé un estilo propio que llamé MEDITACIÓN HOLÍSTICA.
El Nivel 1 se llama TU NUEVA YO y te ayuda a equilibrar tus 5 cuerpos:
- El cuerpo físico
- El cuerpo mental
- El cuerpo emocional
- El cuerpo energético: interno y externo
- Y el cuerpo espiritual
El nivel 2 es para convertirte en Maestra de Meditación Holística donde enseño cómo compartir mis prácticas guiando a tus propios grupos, para que compartas tu luz con el mundo.
Mi estilo de meditar no sólo incorpora meditaciones, sino también relajaciones, activaciones, autohipnosis, regresiones, progresiones, visualizaciones, desprogramación y reprogramación mental, oración y otras prácticas que me han permitido:
- Sanar cargas del pasado y abrir mi corazón al amor.
- Valorarme y darme amor, creando una relación profunda conmigo misma.
- Ser la arquitecta de mi vida, manifestando la vida que quiero y mis verdaderos deseos.
- Descubrir mi poder interior y enfrentar desafíos con valentía y serenidad.
- Disfrutar cada día, dejando atrás el modo de sobrevivir.
- Vivir con paz interna y cuidarme en todos los niveles.
- Recibir guía de seres de luz, sintiendo su amor, guía y protección.
Mi historia no es la típica de la ‘maestra zen’ que encontró la iluminación bajo un árbol.
No, esta no es solo una historia más; es una invitación a una transformación real y práctica, una prueba de que el cambio es posible y de que la vida puede ser mucho más que una simple rutina.
Con las herramientas adecuadas, puedes dejar de sentirte atrapada en el caos y convertirte en la creadora consciente de tu propio destino.
Si estás lista para dejar atrás esa sensación de ir “como pollo sin cabeza” y comenzar a aplicar prácticas sencillas, pero poderosas, diseñadas para mujeres reales como tú, te invito a que me acompañes en este viaje.
Estoy aquí para guiarte hacia una vida más plena y auténtica, con menos cargas, menos remordimientos, menos sufrimiento y sin agotamiento o ansiedad. Una vida con más bienestar, amor, calma, poder personal y conexión espiritual.
Recibe un abrazo lleno de luz,
Eva